Archivo diario: marzo 9, 2013

1ª Jornada de debate – Ateneo, 2 de Febrero del 2013. Presentación Documental “Surgere”


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1ª Jornada de debate – Ateneo, 2 de Febrero del 2013. Debate Documental “Surgere”


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Presentación de Ateneo en Graus


Ateneo hace su presentación fuera de Zaragoza. El próximo sábado 9 de marzo estaremos en Graus. Será una estupenda oportunidad para presentar nuestro proyecto y empezar a tejer esa red que creemos imprescindible con todo el territorio.

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Solo ha muerto Chávez


JUAN MANUEL Aragüés 07/03/2013

Ese es el deseo, la esperanza de quienes nos sentimos identificados con la Revolución Bolivariana. Aunque aturdidos y, por qué no decirlo, tristes por la muerte de Chávez, queremos creer que la revolución no es Chávez. Si algo debemos aprender de la historia es que las revoluciones no deben encarnarse en un líder, si no quiere correrse el riesgo de que el líder permanezca y la revolución se esfume. Tanto más cuanto que estamos asistiendo en América Latina a revoluciones que se desarrollan bajo la consigna mandar obedeciendo y en las que los gobiernos revolucionarios pretenden hacer una política de nuevo cuño. Socialismo del siglo XXI, lo bautizó Chávez.

LA FIGURA DE Chávez es, sin duda, polémica. No en vano el conglomerado mediático sistémico ha hecho una poderosa apuesta por denostarle. La batalla política en nuestras sociedades se libra en el ámbito mediático. Y cuando surge un enemigo, hay que destrozarlo. Sobre todo si es un enemigo con mayúsculas. Y este era el caso.

Si el representante de una fuerza política que en aquel entonces rozaba el 12%, Julio Anguita, mereció una campaña mediática como la que se le dedicó en la prensa sistémica de nuestro país (invito a releer algunos editoriales de El País, en los que se hablaba de la «rancia cursilería estalinista» del líder de Izquierda Unida), qué podía esperar el líder de una revolución triunfante que amenazaba con extender la democracia por toda América Latina, como está sucediendo. El «por qué no te callas» ha sido, en realidad, divisa de los perros de guardia del capitalismo.

La tarea que se le presenta al movimiento bolivariano en Venezuela es complicada. Se trata de sustituir al líder, desaparecido prematuramente. Pero la revolución no es, no puede ser, una persona. Aunque demasiadas personas, en otros casos, así lo hayan creído. A pesar del dolor por la muerte de un líder de la dignidad y altura de Hugo Chávez, se le abren las puertas a la Revolución Bolivariana para afrontar con éxito una tarea que los revolucionarios no hemos sabido resolver, la de desvincular liderazgo y revolución.

LA REVOLUCIÓN, en este siglo XXI, ha de ser la revolución de la multitud, de un pueblo que asalta un palacio no para dejar en él a un nuevo líder y retirarse, sino para quedarse a vivir en él, destruirlo desde dentro y construir un nuevo edificio. Hasta la fecha, no lo hemos sabido hacer. Ojalá que los dirigentes venezolanos adviertan que ese es el camino que hay que transitar. Algunos venezolanos rezan: «Chávez nuestro que estás en los pueblos». Chávez quería ser el pueblo. Solo el pueblo debe sustituir a Chávez. Que la tierra te sea leve, compañero comandante.

Profesor de Filosofía de la

Universidad de Zaragoza

Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/solo-ha-muerto-chavez_836400.html

El Independiente


No sólo de unión vivirá la izquierda

JOSÉ LUIS Trasobares 04/03/2013

Que la izquierda española debe agruparse en una sola marca electoral (tras los correspondientes debates, elaboración de programas y primarias abiertas) es a estas alturas una exigencia táctica y estratégica incontrovertible. Se producirá tal fenómeno… o no; participarán en él Izquierda Unida y la CHA y Equo y los quincemayistas… o no; tendrá el PSOE algo que ver… o no. Pero sin unidad será imposible que los progresistas afronten la poderosa revolución conservadora en marcha con algo más que protestas y lamentos.

Ahora bien, unir a las izquierdas no plantea solamente un problema geométrico a resolver mediante las habituales negociaciones. El modelo aragonés (la coalición electoral de CHA, IU y sectores de la izquierda social), con su elaboración al viejo estilo y su reparto milimétrico del escaño obtenido, no sirve. El modelo Izquierda Plural, con sus tres portavoces repitiéndose o aferrándose al correspondiente localismo en cada debate parlamentario, tampoco. La cuestión ha de requerir más elaboración, más seriedad y sobre todo más innovación.

En la edición de EL PERIÓDICO del pasado domingo, el historiador Julián Casanova recomendaba a las izquierdas democratizar los partidos, introducir a gente que representa los nuevos movimientos sociales (y que hoy no tiene militancia política) y elaborar una propuesta teórica flexible y poco dogmática a la crisis actual del capitalismo. Todo ello para ofrecer a la ciudadanía una alternativa a la derecha que sugiera salidas prácticas y creíbles (sobre todo creíbles) en un contexto europeo y global. Ésa es la madre del cordero: renovar en personas y en imaginario. Algo a lo que se resisten los cuadros y dirigentes que actualmente manejan sus respectivos cotarros o cotarrillos.

No es geometría, es mecánica. La política española, y en particular la izquierda, necesita veinteañeros, treintañeros, en cualquier caso gente que venga limpia, sin responsabilidad alguna en desaguisados anteriores. Ideas nuevas, actitudes nuevas, organizaciones renovadas. Es necesaria la unión… y mucho más.

Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/el-independiente_835503.html

Una amplia alianza de la izquierda


El movimiento ciudadano debe tejer redes con aquellas organizaciones políticas con las que confluye

JUAN MANUEL Aragüés, Mesas de Convergencia de Aragón 28/02/2013

Hace algo más de un año, cuando se fraguó la alianza que dio lugar a La Izquierda de Aragón como suma de CHA, IU y la Iniciativa Social, quien suscribe estas líneas se sintió alborozado por lo que entendió un paso en una dirección no solo correcta, sino estrictamente necesaria. La Iniciativa Social, como suma de diferentes movimientos que apostaban por ese proceso unitario, entre ellos, las Mesas de Convergencia, fue el verdadero motor de impulso de la alianza.

Hubo quienes entendieron que el paso era excesivamente corto, pues, una vez lanzado el proceso, los partidos marcaron la agenda y buena parte de los contenidos. Sin embargo, desde mi punto de vista, conseguir la alianza de dos fuerzas que compiten, en ocasiones, por un espacio electoral cercano, debía ser entendido como un éxito.

EL TIEMPO HA PASADO. No es mi intención hacer balance del desarrollo de la actividad de La Izquierda de Aragón a lo largo de este año y medio. Lo que me interesa es reflexionar sobre las condiciones de amplios procesos unitarios en la actual coyuntura, que ya no es la misma que en 2011. No es la misma porque la crisis se ha profundizado, porque el gobierno del PP está procediendo, a marchas forzadas, a destrozar el «estado social y de derecho» que refiere nuestra Constitución, porque otras experiencias unitarias se han producido, tanto en España como fuera de ella. Y sobre todo, porque el momento es de una extrema gravedad.

Desde mi punto de vista, ese proceso unitario del que la experiencia de La Izquierda de Aragón fue ejemplo, se vuelve absolutamente imprescindible y por ello se hace necesario pensar, reflexionar para superar los problemas que lo obstaculizan y que están presentes tanto en la parte partidaria como en la parte social del proceso.

Hablamos de un proceso en el que deben confluir organizaciones políticas, movimientos sociales y ciudadanos individuales, un proceso complejo y del que no existen experiencias previas. La política ha sido encauzada tradicionalmente por los partidos, pero ese cauce se nos hace estrecho.

Construir un nuevo cauce debe superar, entiendo, al menos dos problemas. Del lado de los partidos políticos de la izquierda real se debe tomar conciencia de que ya no pueden ser la vanguardia del proceso, sino sus acompañantes e impulsores. Entiendo que, en estos momentos, el movimiento ciudadano, encarnado por mareas y movimientos varios, desborda a los partidos y ninguno de ellos puede pretender convertirse en la expresión política del mismo. Especialmente porque la desconfianza que buena parte de la ciudadanía muestra, de manera quizá injusta, hacia el conjunto de los partidos, abocaría al fracaso a quien lo intentara.

Estamos en una coyuntura en la que los partidos –estoy hablando especialmente de Izquierda Unida y Chunta– deben mostrar un gran tacto y generosidad, sentirse parte de una movilización mucho más amplia, que les necesita, pero que también les desborda. Es necesaria una visión estratégica que contribuya a construir un bloque social muy amplio, del que los partidos serán solo uno de sus componentes.

Por parte de los movimientos sociales y ciudadanos, se impone superar ese discurso apolítico que en ocasiones los recorre y que les lleva a evitar todo contacto con organizaciones políticas y sindicales. La política ha caído en un tal descrédito que gente que está haciendo política todos los días, en movilizaciones, en centros de trabajo, siente verdadero rechazo ante la palabra política y, como consecuencia, desarrolla una práctica sectaria en la que se demoniza toda presencia de organizaciones políticas o sindicales. De la misma manera que los partidos, y los sindicatos, deben asumir un nuevo papel ante la presencia de un movimiento ciudadano que hace de motor de la movilización, el movimiento ciudadano debe tejer redes con aquellas organizaciones políticas con las que confluye cotidianamente en las luchas.

Si el movimiento ciudadano sucumbe también a ese discurso reaccionario del todos son iguales, estamos perdidos. Y no es solo una expresión.

LA GRAVEDAD DE LA situación impone buscar nuevos horizontes, abrir esos cauces inexplorados, por los que en ocasiones se hará complicado caminar. Pero no están los tiempos para remilgos, nos necesitamos todos y todas. Un movimiento ciudadano fuerte y combativo en alianza con las organizaciones políticas de la izquierda real (CHA, IU, IA y otras) debe confluir en la constitución de un bloque político-social que se movilice en la calle y que compita electoralmente para representar a la mayoría social. Pues, como recuerdan algunos, somos mayoría. Y no podemos aspirar meramente a mejorar resultados electorales, a cultivar nuestra parcela.

Alcanzar una mayoría política que ponga freno al expolio y a la ignominia en que se ha convertido la vida en nuestro país es una exigencia. En ello nos va, literalmente, la vida.

Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/una-amplia-alianza-de-izquierda_834405.html